La creación

Al principio no existía la luz, ni la oscuridad, ni mar, ni tierra, no había sonido alguno, ni silencio, no existía el afuera ni el adentro, no se percibían aromas, ni cosas táctiles, no había bestias ni el lo alto ni en lo bajo…

Al principio no existió risa, no se escucho palabra alguna…

No hubo alfarero ni barro…

No hubo mano, no hubo brisa, no hubo sol, ni luna…

Entonces naciste tú…

Y las aguas se juntaron con los vientos y formaron las nubes que en gigantesca belleza regaron la tierra que bajo tus pies, con cada paso se formaba… e hiciste caminos para andar y recodos para descansar…

Abriste grietas en las protectoras montañas para sentarte y admirar las aguas que desde el cielo caían sobre los árboles, sobre sus hojas…

La luna en la noche te encontró y el viento te arrullo y dormiste, y de tu sueño profundo surgieron los animales todos, los del cielo con plumas rojas y amarillas, con picos y ojos, con silbidos… y las bestias de la tierra con garras y pelaje, con sonidos penetrantes, que corrieron por los bosques y las praderas… y los animales del aguas, con aletas y tentáculos, con escamas…

Entonces despertaste y la luz, el sonido, el sol y la hierba…

Y el rayo desde lo alto te regalo el fuego, y lo tomaste e iluminaste la noche y el se enredó, se reflejo en el mar e hizo formas en las paredes rocosas, y allí en suave reflexión, un chispazo, y tu mente creció y tu conciencia se expandió y te abriste paso por desiertos, cruzaste mares, tocaste el cielo…

Al principio no existió el sol, ni la luna, no había estrellas ni alturas donde guardarlas…

Entonces naciste tú, y todo comenzó, llenaste el vacío, hundiste tus manos en la tierra, bebiste de las aguas, sembraste los campos, comiste sus frutos…

Y saltaste los abismos desafiantes, así de la no-existencia surgió la vida, y de la vida el futuro y del futuro volviste a nacer inmortal, hermoso y posaste tus ojos en el firmamento...