lunes, 22 de octubre de 2007

hermano mío

hermano mío lanzo a ti esta esperanza. mira al futuro. allí están las mejores aspiraciones humanas. la intención y la acción te llevaran a contribuir en la construcción. mis palabras son estas y mi acción entregarte en pedazos de papeles un legado que ha llegado hasta mí y no puede morir en ti. aporta tus mejores virtudes a la digna tarea de humanizar la tierra. comparte conmigo este sueño infinito y forma parte de este concierto sagrado que llega a los oídos de los hermanos necesitados de todas las latitudes. al futuro lanza tus palabras y tu acción rejuvenecedora. súmate a la faena de la libertad. que tu mente, tu corazón y tus manos converjan en la dirección de la liberación creciente. si haces esto, brotará en ti una vida nueva. que será como la flor que nace en la tempestad. que aunque trabajosa es su lozanía será sin dudas la más bella de todas. con su fuerza incomparable, ya que ni el gélido viento huracanado del sur puede enmudecerla. y su brillo cubrirá las montañas llegando más allá de los altos picos nevados. se tu esa flor. que al mirar lejano en el horizonte encontraras el brillo inconfundible del sol del alba de la nueva vida. en tus lados de izquierda a derecha otras flores también miraran y juntos proyectaran en el viento su delicado aroma. la vida se abre paso aún en el infortunio de la noche y su rocío segador. la vida expresa su intención creadora en el destello de los ojos de mi hermano herido. levántate en un grito bravío y pon tus manos a trabajar en conjunto con la historia y el futuro. rompe las cadenas que apresan a tu gigantesco dios interno y marcha con tus manos laboriosas. apabulla con el galope de tu corazón a la insensata frustración. despierta a tu hermano / mi hermano y construye eso que mañana amaras. te dejo entonces hermano un calido deseo de futuro.

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Silo - Madrid 1981